O sea que, todo parece indicar que a Abel Santamaría los esbirros de Batista nunca le sacaron los ojos (o el ojo, pues ni su propia hermana estuvo muy segura cuando declaró ante el juez).
Le zumba el merequeté! (Tendrá eso algo que ver con el suicidio de la señora?; nada especulando un poco...)
Acabo de caer de la mata con el sneak-preview que el Profesor Antonio de la Cova da en su contestación, publicada en el blog de Emilio Ichikawa, a un artículo del periódico Trabajadores.
En "A Mano Limpia", el año pasado salieron a la luz muchos más detalles. Primera Parte. Segunda Parte. Tercera Parte. Cuarta Parte. Quinta Parte. Sexta Parte
Con razón en los libros de historia que me "tocaron" --después de quedar con el corazón arrugado ante tanto cuento detallado de tanta tortura-- nunca vi ninguna foto del pobre mártir sin ojos. A mí, por lo que veo, me tocó "la leyenda negra".
Hasta qué punto puedo saber qué tanta verdad hubo en la historia que me tocó aprender? Me pregunto dónde estarán las fotos originales que los militares tomaron de los muertos? Habrán desaparecido por relevelaban algunas inconvenient truths? La de la prueba de la parafina es, indiscutiblemente, una de las más poderosas.
Cada día que pasa, cada nuevo libro o documento que leo me lleva a pensar que la manipulación siempre estuvo al orden del día, con el único propósito de servir a sus intereses y de que los cleaning agents que usaban en nuestros cerebros fuesen siempre 100% efectivos.
No puedo hacer más que sumar otro título a mi lista de re-educación y ya lo he pedido en la biblioteca: "The Moncada Attack: birth of the Cuban Revolution". Creo que nunca es tarde para remendar las concepciones equivocadas, torcidas o siemplemente, demasiado ajustadas a los intereses de cualquier bando.
1 comment:
del carajo enterarse de esas cosas a estas alturas del partido.
y eso con el moncada, un hecho público y más que llevado y traído.
qué no quedará por ahí que algún va a saltar.
oye, un abrazo y feliz blogueo, cubana.
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